domingo, octubre 08, 2006

SEMANA COMPLETA.

He tenido una semana muy movida, tanto que no he encontrado un hueco hasta este momento para contaros porqué tanto movimiento.
La semana empezó con una visita a El Picazo(Cuenca) donde hemos decidido comprar una casita preciosa. Pertenecía a la abuela de Pedro y es centenaria. Tiene un encanto especial porque aún conserva detalles antiguos como un minialtar en la esquina de una habitación, las puertas pequeñas y con su llave antigua colgando de la cerradura, la alacena...detalles que por supuesto va a seguir conservando.
El martes salimos a practicar senderismo desde Useras a Chodos, veintitantos Kilómetros, se me moldeó el cuerpo en un día :-)) Hubo momentos de todo, de risas, alguna caída, momentos duros sobre todo en un tramo donde el camino era una subida a la montaña interminable, momentos en los que busqué la soledad y el silencio adelantándome en el camino o atrasándome, para sacar mis conclusiones, para sentir la paz, para estar conmigo misma...una salida al monte sin un momento de soledad para mí no es completa, porque necesito sentir el silencio, que me llene...perderme en los aromas salvajes del romero, del tomillo, sentarme a escuchar el concierto que me regalan los pájaros con sus cantos. Nada, una maravilla y un verdadero lujo. El colofón fue la llegada a Chodos. Cada paso que daba empezaba a pesarme como una losa y fue un auténtico placer meter la cabeza debajo del chorro de agua de la fuente, sentarme en una sombra y simplemente observar el mundo desde allí.
Y por último, el viernes visitamos Barcelona, la recorrimos de punta a punta saboreándola. Se me ocurrió subir a las torres de la Sagrada Familia y casi no lo cuento, bueno, es un poco exagerado pero con este empeño de superarme a mí misma planté cara al vértigo y a la claustofobia. Cuando salí al balcón que une ambas torres empecé con un tembleque de piernas que no sabía como tenerme en pie, pero yo más chula que un ocho aguantando el temporal, como si nada aunque la procesión iba por dentro, cuando me quedó mucho rato callada algo pasa...:-)))La bajadita también era tremenda, escaleras de caracol interminables que empezaron a marearme porque mirar a los lados era darme cuenta de que tenía el abismo a la derecha y a la izquierda asi que me concentré en el suelo y era incapaz de mover la posición de mi cabeza, pero bueno, mereció la pena, o eso creo. El paseo duró todo el día y acabó junto al mar, alli tirada en el suelo del puerto perdiendo la conciencia de mí misma y de todo el barullo que me rodeaba, sintiendo la brisa, el grito de las gaviotas, los olores, fundiéndome con el aire, un auténtico lujo. Y por último el tren que fue el medio de transporte que utilizamos y que como siempre activó la maquinaria que tengo en la cabeza agolpando los pensamientos, buscando salir y al ritmo de locomotora chucuchu-chucuchu-chucuchu...para colmo la película que pusieron era una reflexión sobre la vida, sobre lo que importa, sobre lo que no...vamos, lo que me faltaba a mi que como pienso poco...
Y esto es todo por hoy. Esta semana creo que tendré un poco más de tiempo para contaros cositas, eso espero. Un saludo a todos.

3 comentarios:

Perico dijo...

Un positivo para la ciudad condal. No he visto ciudad en españa donde se promocione tanto el uso de las dos ruedas ¡Genial! Por cierto, también vimos autobuses de hidrógeno, en fase de pruebas imagino, pero funcionando ya y sin emisiones :-)

Saludetes.

Anónimo dijo...

hola guapisimaaa!!!
Yo tambien participe en esa aventura de los 24km, y aunque es duro la recompensa de los paisajes, la soledad buscada en uno mismo, el oir tus pasos, etc,,,recompensa tanto que olvidas esas duras subidas.
Y luego,,no olvidemos la comida, todo sabe a gloria, aunque este año la mujer se ha lucido. El próximo año comeremos en otro lado, queda dicho.
Un beso campeona, de tu amiga:
Teresita

Anónimo dijo...

Hola primi. Aunque no lo leo todos los días, ando al tanto de tu blog, que me acerca un poquito y un ratito a ti en la distancia.
Un besazo.